Eres la imagen que a veces
surge en el espejo de mi tarde,
el eco de pasos que aún
recorre caminos abandonados,
o el canto de gorriones
que desaparece entre monótonos
tictaqueos de reloj.
Eres la luz de luciérnagas
devorada por las fauces de la noche,
la mano de despedida
que se agita desde un tren
con rumbo al lugar donde nunca iremos,
la imagen que algún día
dejará de brillar en el espejo de mi tarde.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)